Cómo es una sesión de QHHT
Cada sesión es diferente y siempre es una experiencia maravillosa y enriquecedora.
En una sesión de QHHT, comenzamos sugiriendo imágenes. Las imágenes son el lenguaje del inconsciente. La idea es sumergirse con la imaginación lo más profundamente posible en ellas. La imaginación es una herramienta que nos permite acercarnos a niveles más profundos de la conciencia.
Al mismo tiempo vamos llevando suavemente a la persona a estados de relajación y de conciencia cada vez más profundos hasta que las imágenes más internas y vívidas comienzan a aparecer.
Permanecemos (facilitador y participante) en permanente diálogo. El facilitador ayuda a anclar y a navegar la experiencia que el participante está vivenciando, para que pueda obtener la mayor conexión e información posibles.
Esas experiencias podrán ser de otras vidas como humano, de otros tipos de vida no humanas o eventos lejanos de esta vida actual.
Recorremos varias experiencias y luego invitamos a dialogar al Ser Superior de la persona, le hacemos preguntas que hayan surgido con respecto a lo que vivenció el consultante y también preguntas que el participante ha elaborado previamente.
La clave para que la sesión resulte productiva en experiencias e información es que la persona participante no permita el boicot de la mente consciente, diciéndole que luego de la sesión le va a permitir criticar todo lo que quiera y que la idea no es erradicarla sino hacer una experiencia.
Luego de la sesión durante dos o tres días queda abierta una puerta para que más información le llegue a la persona cuando menos lo espera.
Es necesario no planificar trabajo para después de la sesión y si es posible apartar un rato para descansar.
La sesión se graba para que la persona la pueda escuchar pasados unos días. Seguramente encontrará detalles o incluso partes completas que no recuerda.
Cada sesión es diferente y siempre es una experiencia maravillosa y enriquecedora.